domingo, 19 de agosto de 2007

Cº Plomo 5.424 mts: Clásico y Mistico

Siempre me ha costado la altura, demasiado para mi gusto, sin embargo en aquellas salidas comprometidas con la altura pongo toda la concentración, serenidad y disciplina de mi parte. Esta estrategia me ha dado sus frutos, con mucho esfuerzo por cierto, pero es un indicador muy claro de que se puede.

Estuve en el cerro Plomo a fines del 2003, llevaba muy poco en esto del montañismo e iba por mi primer cerro de altura. Si, pague el noviciado, a los 5.100 mts. no pude mas con la puna y renuncie a la cumbre, a esas alturas, satisfecho por lo hecho. Regresaría? si.

Marzo del 2007. Volví al místico cerro Plomo, armamos un buen grupo y partí cuando ya finalizaba la temporada alta. Casi nadie en el cerro, el clima prometía y las ganas estaban.

La caminata comenzó en el villorrio de La Parva, y luego de varias horas arribamos a Piedra numerada. La niebla todo lo cubría y el cerro lo podía visualizar solo en mi recuerdo.



Amaneció despejado y ahí estaba, el mítico cerro Plomo. Iniciamos la marcha hacia Federación tranquilamente, lugar donde arribamos el segundo día. Ocupamos el refugio para cocinar y pretejernos del incesante viento que lo hacia todo muy frió.




El tercer día recorrimos la zona de la hoya, paseamos, hidratamos y aclimatamos, pensando en tener un ataque a cumbre placentero. Compartimos con unos brasileños y esperamos la puesta de sol que no nos defraudo.


Partimos el cuarto día a las 02:00 am. Con un ritmo pausado ascendimos las laderas de esta histórica montaña. Llegamos a Agostini, donde bebimos y comimos algo antes de continuar. A fin amanecía, y ya estábamos cerca de la pirca. El dolor de cabeza se volvió una desagradable realidad, por lo que fue necesario mantener al máximo el control y superar las barreras sicológicas. Al fin en la tumba de kauripaxa, 5.100 mts. justo el lugar donde llegué en mi primer intento. A pesar de que sentía los efectos de la altura, esta vez era diferente.


Iniciamos la marcha sobre el duro hielo del glaciar, y enfilamos en diagonal hacia la cumbre. Hermosa mañana, algo de viento y mucho frío, pero esto es así.


Salimos del hielo, descansamos un poco y seguimos camino a la cumbre. Al fin, estábamos en la cumbre del Plomo!! La segunda fue la vencida para mi, quizá, una consecuencia de la experiencia ganada a lo largo de los años, el ímpetu y la voluntad por conseguirlo.

1 comentario:

Agrupación de Andinismo Vultur Gryphus dijo...

Que buena cumbre, viejo, el que la persigue la consegue... el relato me trasnporto al cerro la misma ruta, las mismos parajes... y quizas hasta las sensaciones similares...

La fuerza y la tenacidad son parte importante de un montañista y aqui queda el reflejo de que las ganas y la voluntad son a ratos el motor que nos impulsa a seguir tras el objetivo.

Descubrir de que somos capaces, descubriendo nuestro cuerpo y mente... es lo interesante de este deporte... llevamos a ratos el fisico al limite y aqui queda en evidencia que tambien al igual que tu y muchos mas entre los cuales me incluyo forzamos a nuestra mente al limite... un limite que no se termina por conocer.

Saludos,