sábado, 16 de marzo de 2013

Ecuador: Patagones en el Rucu Pichincha 4.696

Estábamos en el corazón de Ecuador (Quito) con la idea de pasear, descansar y relajarnos, de disfrutar de la montaña solo como espectadores pasivos de la soberbia presencia que ofrecen los colosos de esta zona. Sin embargo, luego de visitar la tienda “Andes 6000” todo eso cambio, nos habían instado a visitar las alturas del Rucu Pichincha. No lo pensamos mucho y partimos.


Luego de pasar tres noches a 2.500 mts. llegamos al teleférico de Quito (3.000 mts.), el cual rápidamente permite alcanzar los 4.000 mts. con una vista fabulosa de la ciudad. Eran las 09:00 am. y el día prometía, sin embargo, sabíamos que las nubes comenzarían a hacer de las suyas en cualquier momento.


Los primeros minutos no fueron fáciles, había que adaptarse a las condiciones y encontrar el ritmo. Con respecto a nuestra dieta esta era simple, 2 litros de jugo isotónico para cada uno, snickers y galletas. Progresamos lento pero constantes, animados por el panorama del cual estábamos formando parte.


La ruta estaba marcada y durante los primeros kilómetros no ganaba mucha altura. El “Rucu” nos observaba al fondo, todavía distante, mientras se divertía con el ir y venir de nubes que se paseaban por su cumbre. Ya advertíamos que no tendríamos visibilidad allá arriba, pero el esfuerzo valdría la pena igual.


Luego de 2 horas de marcha habíamos dejado la vegetación atrás y ganábamos altura con rapidez. Las nubes lo cubrían todo, pero eso no constituía un problema. En algún momento llegamos a una bifurcación del sendero y tomamos el de la derecha ¡error!, luego de algunos gateos sobre la roca alcanzamos una cumbre menor del macizo.


Descendimos y fuimos por la cumbre principal. En medio de la bruma retomamos la ruta correcta que nos dejo en la base de un torreón que gateamos concentrados, la altura se sentía y no queríamos cometer un error. Luego de tres horas de marcha nos instalamos en la cumbre del Rucu Pichincha felices, ¡Marce coronaba su primer cerro de altura!         


Fotos de rigor, jugo y comenzó el descenso. La temperatura había descendido considerablemente, nos abrigamos. Sin problemas estuvimos en la base de la montaña y más tarde de regreso en el teleférico. Estábamos satisfechos, agradecidos de la experiencia vivida en un lugar tan distante y distinto de nuestra Patagonia.