lunes, 22 de septiembre de 2014

Especial Fiestas Patrias: Patagones en el Yamakawa

En un año  donde las actividades de montaña no habían sido las protagonistas, había llegado el momento de probar suerte en algún proyecto duro, intenso, una actividad de aquellas donde confluyen y conviven elementos que constantemente te ponen a prueba. Quería viajar, y los andes centrales se convertían en un buen escenario, el Cerro Yamakawa (4.950) en la opción.
 

Con solo un ascenso invernal por su cara sur, esta montaña comenzaba a quitarnos el sueño. Junto a Javier Galilea nos internamos en la cordillera el 15 de septiembre, iniciando la caminata en el Choribulder a eso de las 15:30 hrs. Serian 3 horas de caminata (con raquetas) hasta los 3.000 mts., en la base del cerro Unión, donde levantamos nuestro primer campamento.   

El día 16 nuestra marcha continuo rumbo al cajón del Cortaderas. Muy pesados fuimos ganando altura, internándonos en un lugar frio y solitario, custodiado por grandes montañas salpicadas de roca y hielo. Tras 5 horas de marcha nos detuvimos a los 3.750 mts., al amparo de una gran roca donde montamos nuestro campamento alto, seria nuestro solitario hogar por un par de días.

Para optimizar nuestra aclimatación decidimos subir el día 17 hasta la base de la ruta (4.000 mts.), marcar la huella y conocer el estado de la montaña. Este trayecto nos tomó 1 hora y 30 minutos desde el campamento. Aprovechamos de portear algo de equipo y evaluar las condiciones que se apreciaban bastante bien. Disfrutamos del lugar y descendimos.

Mientras la mayoría de los chilenos celebraba entre zapateos, chicha y empanadas, nosotros preparábamos nuestro ataque a cumbre. Salimos a las 03:30 am. del 18 de septiembre, noche oscura y fría (-10) pero estable y sin viento. A las 04:45 alcanzábamos nuestro depósito, lugar donde nos equipamos e hidratamos con té caliente previo a la escalada.     
Nos pusimos nuevamente en movimiento a las 05:30 am. La temperatura había descendido a 14 grados bajo cero y la nieve se presentaba en regulares condiciones. Superamos la primera rimaya que custodiaba la ruta sin problemas y ascendimos haciendo una línea diagonal hasta la segunda que superamos por la derecha. La pendiente se tornó más fuerte y el frio casi insoportable, por lo que la opción era mantenerse en movimiento.


Con las primeras luces del día pusimos la primera estaca y retomamos el ascenso asegurados. Fueron solo 2 largos hasta una canaleta que nos tendría una mala noticia. Cubierta con solo 20 cm. de nieve inconsistente nos fue imposible protegerla con estacas y menos con tornillos, posiblemente un par de clavos habrían sido la mejor opción.

Estábamos a la sombra de la montaña a unos 4.500 mts., eran las 09:30 y la temperatura se mantenía en -14, el invierno de los andes centrales nos mostraba parte de su dureza. Agotados y fríos pero con ganas de continuar, supimos que hasta ahí llegaba nuestro intento, primando los márgenes de seguridad. Nos dimos un tiempo para contemplar aquel idílico entorno  montañoso y descendimos.
 
 
Aquel mismo día bajamos hasta el Choribulder, completando así 2.000 mts. de descenso. En este lugar pasamos nuestra última noche en la montaña, para continuar nuestro retorno hasta Baños Morales y posteriormente a Santiago el día 19. Atrás quedaban intensos días de montaña, cargados de satisfacción, esfuerzo y una gran experiencia que compartir.   

lunes, 8 de septiembre de 2014

Actualidad: La montaña como aliciente para el alma

Que año este, con mas bajos que altos pero en fin, la montaña me ha enseñado a ser paciente y debo aferrarme a esas lecciones. Todo comenzó bien con el Picacho, mas tarde algo de escalada deportiva, cumbre en el Cº Cordillerano (1750), mucho running y por fin el invierno. ¡¡¡Mentira!!! el invierno apenas llegó a Patagonia, el hielo escaseo y el animo decayó...aunque no para siempre.


Luego de un par de picotazos sobre el bendito elemento volví al cerro. Luego de 5 años retorne al Cerro 1920, ubicado en el corazón del portezuelo Ibáñez. En compañía de Marcela repetimos el canalón Sureste a fines del mes de agosto, el  que nos regalo una bonita actividad invernal que termino en la cumbre.





 
Las motivación y la energía comienzan a retornar poco a poco. Ahora solo resta esperar que el año finalice bien, y ojala con buenas actividades. Un abrazo y ¡buenas cumbres!