sábado, 14 de febrero de 2015

La Revancha: ¡Hasta la cumbre del Cerro Mano Negra!

¿Se acuerdan de esto? http://alturasur.blogspot.com/2011/08/actualidad-mano-negra-o-mano-blanca.html Habían pasado algunos años desde que realice un primer intento (faltaron 30 mts.) al cerro Mano Negra (1.800 mts.), una caprichosa y fantasmal montaña que posee dos grandes torres de similar altura y de cuyas cumbres aún se sabía poco y nada. Esta vez, en temporada estival y solo con equipo de roca, probaríamos suerte.


Con Guido como compañero me embarque nuevamente en este proyecto. A las 10.00 am. abandonamos al “Tosco” y nos sumergimos en el bosque que suele ser “tranquilo” en este sector. El día prometía, sin embargo, los anteriores habían sido fríos y lluviosos, por lo que la montaña se encontraba envuelta en una escarchilla que más arriba nos traería alguna complicación.


Al cabo de 2 horas ya estábamos en el canalón central de orientación oeste. Comenzaron los gateos, resbalones, ¡atento piedra! y todas las muletillas propias de montañistas y escaladores. En medio del canalón llego el primer obstáculo real, un paso de unos 25 mts. de roca fácil (5.7) cubierto por una fina capa de hielo.  Ni tontos ni perezosos lo aseguramos, en lo que resultó ser una escalada sencilla pero infinitamente incomoda.


Continuamos el ascenso concentrados, disfrutando de un tibio sol que tristemente y en cosa de minutos dejaríamos de ver por largo rato. Las torres norte y sur ya se mostraban en su totalidad, amenazantes, pero estábamos decididos a dar la batalla. En el último sector del canalón nos desviamos a la derecha (sur) y conectamos con una suerte de arista que nos dejaría bajo del tramo final de escalada.


Eran poco más de las 13.00 hrs. cuando inicié la escalada de una evidente fisura que protege la parte baja de la torre sur. Sin ser tan compleja (5.9) y gozar de buena protección, la capa de escarcha que la cubría a lo largo de sus 20 mts. complicó bastante las cosas, dándole un aspecto invernal a nuestra actividad. Pese a todo, por fin pude gritar libre y comenzar a asegurar a mi compañero desde la fría reunión.


Sin tener claridad sobre cómo abordar los últimos 8 mts. hasta la cima, decidimos hacer una breve pero aérea travesía hacia el este y más tarde conectar derecho hacia arriba con la cumbre. Entre camalots, clavos, martillazos y mucha fe, Guido fue ganando metros terroríficos sobre mala roca (10.b) hasta alcanzar la salida. Todo hacía presagiar que lo habíamos logrado.


Recién a eso de las 17.00 hrs. gritamos la palabra mágica ¡cumbre! De a uno, nos parábamos en la diminuta y podrida cumbre de la montaña, estábamos sobre nuestra simbólica recompensa. Rodeados de abismos disfrutamos del momento, el paisaje y la libertad de la cima. Al parecer, nos adjudicábamos el 2do ascenso absoluto a la torre sur y una nueva variante en la salida a la cumbre.  


Luego de hacer los rapeles correspondientes alcanzamos la terraza donde habíamos dejado un pequeño depósito, en ese lugar hidratamos, comimos y recuperamos el calor en nuestros pies y manos. La foto de cumbre también la hicimos ahí, con la tranquilidad de la tarea cumplida. Esa misma noche celebramos con pizzas y cervezas en Coyhaique.  

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