jueves, 7 de enero de 2021

Peripecias en el "Falso Aislado": Una torre para volver

Definitivamente las actividades montañeras fueron escasas durante el 2020, pero no es hora de llorar sobre la leche derramada. Mejor mirar el vaso medio lleno, y quedarse con los gratificantes pegues de escalada en hielo y el inicio de una buena temporada de escalada deportiva, que dicho sea de paso, inicié inaugurando un sector denominado “Coronavirus”, el cual equipé en absoluta soledad, autonomía y con recursos propios. El resultado, 8 nuevas vías de las cuales hablaré más adelante.   

Pero bueno, no quería terminar el año con esa sensación de vacío que deja la falta de cerro. Es por ello que con mi amigo y cordada, el “moreno” Tobias Hellwig, nos fuimos a averiguar de que se trataba una torre cercana al Cerro Aislado, en las inmediaciones del lago La Paloma. Un proyecto propuesto por mi cordada, que nos tuvo a finales de diciembre caminando a paso firme con rumbo al vivac.

Gracias a una buena conversa con los lugareños nos ahorramos algo de caminata, pudiendo avanzar con la camioneta más allá del primer portón. En 2 horas y 40 minutos arribamos al lugar que sería nuestra habitación. Una pampa a 1.250mts. de altura al más puro estilo tibetano, fría, solitaria y hermosa, salpicada de privilegiadas paredes de fino conglomerado donde pude visualizar y soñar con las más excitantes vías de deportiva.   

Noche digna. A las 05.00 comenzamos a caminar, mientras la luz del amanecer comenzaba a devorar el Valle Simpson y sus alrededores. Finalmente, la torre principal estaba frente a nuestros ojos, luciendo un atractivo corredor que nos dejaría en el hombro y luego a soñar con una posible escalada. Progresamos hasta la base, donde nos equipamos y planificamos lo que venía.

Fueron unos 80 mts. de escalada hasta 60° grados sobre un terreno con algunas pasadas de mixto fácil, hasta que nos reunimos sobre el collao para evaluar la ruta a seguir. La torre en general era bastante sellada, dejando pocos puntos débiles a la vista. Pese a ello, nos decidimos por una suerte de diedro que terminaba en un balcón, el cual auguraba fisuras dignas en el tramo superior.

Lamentablemente, al estar parado sobre el balcón, comprendí que los 20 mts. restantes demandaban números grandes de empotradores (#3 / #4 y #5), y nuestro escueto rack solo llegaba hasta el #2. Bueno, no quedo más que preparar un rapel y bajarse a escasos metros de la cima. La montaña es así, caprichosa, y en aquella fresca mañana de diciembre nos mandó para la casa con una tarea clara, regresar.

Pese a no alcanzar la cima sacamos cuentas alegres. Disfrutamos de dos días preciosos, en un lugar que en lo personal desconocía en absoluto. Pudimos poner a prueba nuestra capacidad física y aventurar nuevos desafíos en el sector, los cuales esperamos poder concretar en estos meses de verano. ¡Aprovecho de desearles un año 2021 potente y exitoso a cada uno de ustedes!           

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