miércoles, 26 de octubre de 2016

C° Emperador Guillermo: ¡2da absoluta a la torre norte!

Había que cerrar el círculo. En diciembre de 2013 intenté por primera vez el cerro Emperador Guillermo, sin embargo, revotamos un par de metros antes del collao. Acá está el relato de esa aventura "Un hueso duro de roer": Cerro Emperador Guillermo. Desde luego, había que volver, el proyecto estaba abierto, y como ya lo sabemos, la montaña siempre nos da nuevas oportunidades. Esta es la historia del segundo ascenso absoluto a la torre norte.


Seba “incombustible” Jans, Pablo “Chuck Norris” Cid” y quien escribe, formábamos el grupo. Era mi quinto viaje a la cordillera Emperador Guillermo. Primero nos trasladamos hasta el campo que da acceso a un deteriorado camino para 4x4, y proseguimos con tan solo 2 horas de marcha que nos permitieron el arribo hasta la base de la montaña, a unos 1.100 mts. sobre una evidente olla de origen glacial.


A las 05:00 am. nos pusimos en movimiento. En la zona baja la nieve estaba pésima, pero mejoró a medida que fuimos ganando altura. Ascendimos en dirección a una suerte de “glaciar empotrado”, todo mientras la mañana comenzaba a desatarse cálida y radiante, permitiéndonos ser testigos de un escenario único, el preludio de una tremenda jornada de montaña.


Poco antes de alcanzar la base del glaciar nos desviamos a la izquierda, “freesoleando” algunos metros sobre excelente hielo, para continuar rumbo a un pequeño canalón que nos sacaría de la rampla principal. En este lugar iniciamos un traverse a la derecha y más tarde un corto rapel,  para alcanzar el expuesto y frágil collao donde se inicia el primer largo de escalada en roca.


El primer largo no fue regalado. Seba se motivó y escaló con gran efectividad hasta la reunión. Más tarde fuimos Pablo y yo, siempre con crampones. La ruta continuó rodeando por el oeste un enorme gendarme hasta la siguiente sección de escalada. Nuevamente un inspirado Seba nos pidió ir de primero, liderando una expuesta y aérea escalada, tramo donde me cayó una roca de tamaño significativo que me golpeo el brazo a la altura del tríceps y parte de las costillas. Gracias a dios no paso a mayores, salvo algunos moretones.      


Alrededor de las 13:00 hrs. estuvimos todos en la cumbre, en lo más alto del torreón norte del Emperador Guillermo. Nos convertimos en la segunda cordada en visitarlo, un lujo y un privilegio que nos llenó de satisfacción. Se trata de un aéreo mirador desde donde es posible distinguir con claridad las cumbres sur y oeste de la montaña, todas cimas que rondan los 2000 mts. de altura.


En el descenso hicimos 5 rapeles de 30 mts. c/u, 4 en roca y 1 en hielo desde un “avalakov” en la parte baja de la ruta. Alcanzamos el campamento a las 17:00 hrs., justo cuando comenzaba a llover. Más tarde retornamos hasta la camioneta y posteriormente a Coyhaique, cerrando así una intensa jornada llena de esfuerzo, compromiso, compañerismo, camaradería y claro, como lo he dicho en otras ocasiones, sufrimiento del bueno.  


PD: Poco antes del último rapel, a la altura del glaciar, Pablo “Chuck Norris” Cid” se salvó de una violenta liquidación de “línea blanca”, la cual pudo resolver con cinematográficos movimientos al más puro estilo de Matrix, ¡grande chuuuck!