jueves, 18 de febrero de 2021

Un lobo solitario en las cumbres del valle del río Machi

La verdad es que venia amasando desde hace un tiempo la idea de explorar las montañas fronterizas que posee el valle del río Machi, al interior de Alto Mañihuales. Sin embargo, la pandemia frustro los planes la pasada primavera y la ilusión se postergo. Acto seguido, dos amigos visitaron hace tan solo un par de semanas una de estas montañas, lo que me motivo a hacer un primer reconocimiento de cara a los proyectos de primavera.

Sin muchas cordadas disponibles, y con muchas ganas de volver al cerro, tomé la decisión de partir en solitario, un estilo que si bien es comprometido, te permite crecer y vivir las experiencias con un alto grado de intensidad, además de ponerte a prueba en todos los sentidos. Casi 4 horas de manejo, 1 hora de trekking, y me instale en medio del bosque a la sombra de mi primer objetivo. Sabía que en el sector suelen merodear jabalíes y ciervos, pero ninguno de ellos se acercó (gracias a dios).

A las 06.00 am. inicié mi marcha para alcanzar en unos 20 minutos el limite de la vegetación. Luego comencé a ganar altura sobre un enorme acarreo que parecía infinito, pero yo no estaba dispuesto a detenerme. Las luces del amanecer ya estaban sobre mí, mientras me movía a buen ritmo y casi sin detenciones, como suelo hacerlo cuando ando en solitario. El estado físico me estaba acompañando en una mañana fresca y de viento escaso. 

Muy pronto estuve en una especie de portezuelo que comunica con Argentina, lo que me revelo un hermoso panorama. Posterior a ello vinieron algunos gateos y trepadas menores que me dejaron en la arista somital. Allá estaba la cumbre que perseguía, luciendo una especie de cubo rocoso de unos 40 mts. de altura que remataba en la cumbre. El primer objetivo estaba cerca y aumento mi motivación. 

Una vez en la base me puse las zapatillas de escalada, elegí la línea que se intuía mas conveniente y me lancé por unos 28 mts. de roca con un grado aproximado de 5.6. Una especie de diedro tumbado con algo de adherencia que me exigió máxima concentración. Una vez arriba camine hasta el punto mas alto y disfrute de aquella hermosa mañana alzando mis brazos al cielo sobre la innominada cumbre, cuya altura alcanza unos 2.050 mts. 

Posiblemente el primer ascenso llegó a manos de la cordada que había visitado el sector solo un par de semanas antes, eventualmente el mío era el segundo y primero en solitario. Para el descenso hice un rapel de 30 metros desde una anilla y abandoné la zona más comprometida para comenzar a analizar el siguiente objetivo, que se mostraba majestuoso y atractivo en el horizonte.   

Descendí varios metros alcanzando el portezuelo y mas tarde la base de mi nueva obsesión. Analice la situación, la ruta, mi cuerpo y mi cabeza, y todo parecía andar bien para intentarlo. Nuevamente para arriba, bailando sobre el bendito acarreo, buscando pasadas y canalones que me permitieran progresar. Luego de errar el camino un par de veces y acertar en otras, me vi muy alto en la montaña. La cumbre parecía estar peligrosamente cerca. 

Supere algunos tapones rocosos nada fáciles, de unos 3 o 4 mts. hasta situarme bajo lo que se intuía como la pared final. En ese instante me calcé las zapatillas y me fui para arriba “con la pura fe”. Unos aéreos 20 mts. de escalada de aproximadamente 5.7 me condujeron a lo más alto de la cumbre Oeste, donde comprendí que mi camino llegaba hasta ahí, por lo expuesto de continuar en solitario y sin protección. Estaba feliz, mi ímpetu y obstinación me regalaban la segunda cima de la mañana. Un poco más allá y levemente más altas, se apreciaba la cumbre Central y Este (principal). 

El descenso me obligo a hacer un rapel desde una anilla para alcanzar la línea de canalones. Posteriormente vino el interminable descenso sobre piedras y bolones de roca que estremecieron mis rodillas y tobillos hasta el reencuentro con el bosque. Luego arribé a mi carpa y continué con las maniobras de retirada. La montaña y su paz nuevamente invadieron mi alma y mi corazón, recompensando la motivación y el atrevimiento de convertirme en un lobo solitario. "Solo en nuestra soledad somos nuestra verdad". 

* Se desconocen otras actividades deportivas, así como las cotas oficiales y nomenclatura del sector. Se agradece cualquier información al respecto. Un abrazo y ¡buenas cumbres!

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