miércoles, 20 de enero de 2010

Deportiva en Ensenada: "apretar o volar"

Fue el turno de Ensenada, sector de escalada con varias rutas equipadas, algunas de bastante dificultad con más de algún techo por ahí. Sin embargo, nuestro objetivo carecía de ambición ya que apelaba al aprendizaje, y nuestros problemas sobre la roca no excederían el 5.9d.


La primera ruta fue la más compleja, Franco punteó y luego fue el turno de Claudio y mío (lo aprendices) en la misma modalidad. Subimos apretando a “mango”, cada cual con sus aprehensiones y temores, pero disfrutando al fin y al cabo. Todos sacamos la ruta, aunque en mi caso aplique más de un paso “trucho” con tintes artificiales.


Como siempre el ambiente fue de lo mejor, un paisaje de “aquellos” bajo un día amenazante, algo a lo que ya estamos acostumbrados. También fuimos acompañados por dos bellas damas que animaron la jornada, pero que quedaron en deuda con el cafecito y las sopaipillas.


Recuperamos el material y fuimos por otra ruta que alguna vez visite con mi amigo Hernán Calvis hace un par de años, cuando le juré a la roca hacer oídos sordos a su llamado. Listos en su base Franco me aseguró y equipe la ruta sin problemas hasta la cadena.


Caía la tarde en Patagonia y nosotros poco a poco comenzábamos a alejar nuestras humanidades de la pared. Con el recuerdo fresco de una buena tarde de escalada y brazos “apopellados” cerramos la jornada “diurna”, la nocturna es parte de otra historia.


No hay detención, más solo caminantes, jóvenes de la vida impuesta, constructores de mil relatos. Amordazados por el aire van sus almas sin bandera, genuinos tripulantes libertarios, avanzando sobre el globo inexacto...Alturasur.

sábado, 16 de enero de 2010

Actualidad: "La práctica hace al aprendiz"

Tregua pasajera sobre este paraje memorable. Estacionamos el “bólido” de Armando cerca del vertedero municipal y comenzamos con el acercamiento rumbo a nuestro conocido Mackay. Durante una hora despedimos los brebajes que han animado gran parte de este verano hasta alcanzar la base de la pared.

Con el equipo listo y dispuesto Franco inició la escalada punteando el 1er largo que resulto tener pasos algo mas difíciles que los que ofrecen en promedio estas rutas deportivas. Entre tiras y encojes alcanzó la seguridad de la cadena.

Utilizando cuerdas dobles subimos de forma simultánea con Armando, distanciados solo por un par de metros. En poco tiempo estuvimos los tres “prendidos” de la reunión, disfrutando del curioso placer que emana de la verticalidad.

El siguiente largo no se intuía complejo, las chapas algo distanciadas pero nada del otro mundo, me tiré de primero. Buenos agarres me permitieron progresar rápido y en un par de minutos estuve en la segunda reunión. Asegure a mis compañeros y sin inconvenientes nos volvimos a encontrar.

Fue el turno de Armando. Inicio la escalada del 3er largo y sin problemas instaló la tercera reunión. El ambiente - como siempre - ofreciendo un panorama exclusivo y alentador. Enormes columnas de roca vigilaban nuestros pasos alimentados por la obstinación.

Franco fué por el 4to y último largo de la ruta. Lo aseguré sin inconvenientes, atento a su progreso sobre la roca. A mis espaldas se dejaba ver la inmensidad de estos adictivos territorios patagonicos siempre verdes, un lujo para las almas de estos inquietos peregrinos.

Pulgar al cielo y todo estaba listo para nuestro turno. Escalamos de 2do y accedimos a la pequeña repisa que terminaba con nuestros sueños de altura. Allá estábamos, como lapas adheridas a la pared, deleitándonos con la inmensidad del paisaje y el abismo embriagador.

Como siempre “salve” con el turrón y los chocolates. Algo de energía para comenzar el descenso, preparar las cuerdas, un par de reflexiones “jugosas” y depositamos nuestras humanidades al vacío, esperando llegar sin novedad al reino de los “profanos”.



Confieso que en momentos he amado la vida, admito que no le temo a la muerte, solo se que escribiré hasta el final del tiempo, mi tiempo. Juventud, voces de la represión, pupilas envestidas, habiten las alcobas lujuriosas del mundo y su encanto…Alturasur

lunes, 11 de enero de 2010

¿Los tres mosqueteros o la rompe cráneos?

Definitivamente el calendario esta lejos de convertirse en una referencia para calcular la estación del año en Patagonia. Playa, arena, sol y cuerpos bronceados lucen como un espejismo al otro lado de la pantalla. Pese a todo, nos aferramos a la esperanza de obtener una tregua que llego en el mejor momento. El destino, Mackay “again”.

Luego del trekking de acercamiento que promedio 1 hora de marcha accedimos a la base de la ruta propuesta. Una linda perrita de una parcela aledaña se nos había acoplado, canino que resulto tener una especial conexión con nuestro amigo Franco, después de todo, parece que lo del amor a primera vista es cierto.

Luego de preparar el equipo estuvimos listos. Como buen aprendiz me ofrecí a puntear el 1er largo e inicie la marcha rumbo al cielo, mientras mis queridos compañeros animaban la escalada con la “seriedad” que les caracteriza. Serian 3 largos de un 5.8 aproximadamente.



Poco a poco nos fuimos encontrando en la reunión. El día no ofrecía viento y la temperatura estaba agradable, los astros amenazaban con estar a nuestro favor. Posamos para la foto “sin asco” y nos preparamos para el siguiente largo.

Pablo punteó la siguiente sección, mas tarde fui yo encadenando y Franco cerrando la escalada. Sin grandes complicaciones estuvimos los “3 mosqueteros” en la segunda reunión. Se trataba de una repisa bastante cómoda para el descanso y las maniobras, todo un lujo a unos 80 mts. del suelo.


Franco inicio el 3er largo que término recién 50 mts. mas arriba, en un lugar que ofrecía muy poca comunicación, donde terminaba la ruta deportiva. En vista de la situación alcanzo la cadena y descendió hasta donde nosotros haciendo 2 rápeles. Ahora vendría nuestro turno.

Con Pablo decidimos alcanzar la tercera reunión llevando cuerdas dobles y así reducir los rápeles a uno. Inicié el último romance del día con la roca, encadenando y disfrutando cada paso en la verticalidad de estas paredes, posiblemente mucho más que mis compañeros, habituados a este tipo de menesteres.

Reunión, rapel y para abajo, nuevamente todos juntos esperando la cuerda, pero, ¡¡sorpresa!! una serie de “piedrecillas” bombardearon la repisa de nuestra segunda reunión y para variar yo fui el premiado. Una laja considerable cayó sobre mi cabeza, magullando el casco y destruyendo una pequeña sección del gorro de mi chaqueta, el resultado ¡¡se compran neuronas!!

Amo los parajes de la emoción, pues ellos no conocen el olvido, solo existe el verbo abstracto del alma, yo vivo del alma. He llegado hasta aquí buscando respuestas, revelando el misterio entre escribir y ser, entre sentir e interpretar...Alturasur

jueves, 7 de enero de 2010

Actualidad 2.0: Por fin algo de Deportiva

Como lo mencione en el tema anterior, el potencial que poseen los alrededores de Coyhaique en cuanto a roca no es menor, por lo que resulta muy difícil hacer vista gorda a esta alternativa. Recibí la invitación de mi amigo Franco para ir a probar las rutas del McKay, las cuales según él resultarían perfectas para mi iniciación. En 1 horas y 20 minutos estuvimos al pie de la pared.

Un supuesto 5.8 esperaba por mí. Sin pensarlo mucho me tire de primero punteando el primer largo sobre roca con dignos agarres y buena adherencia. Progrese pausado y bastante confianza, una actitud que todavía no logro entender...plop!

Por fin en la cadena y se terminaba el largo. Me auto asegure y comencé a recuperar a mi compañero que deposito tanto su confianza como sus miedos en la cuerda y en el enjambre de la reunión. Subió pagando sus pecados.

Al cabo de un rato las dos “joyas” estuvimos en la reunión. Viento patagónico, paisaje inmejorable, tallas y desorden a la orden del día, una clásica receta de la zona. Luego de un par de fotos planificamos lo que vendría.


No teníamos certeza del siguiente largo, las chapas desaparecían en una pequeña aguja que era azotada por el viento. Franco se preparo y lo aseguré, mientras se desplazaba hacia lo alto sobre el manto rocoso.

No llegamos muy lejos, las chapas terminaban en la cima del gendarme, un lugar del cual parecían haberse desprendido unas cuantas placas de roca, dejando la reunión bastante incomoda, pero con una vista sorprendente hacia las enormes columnas de roca que constituyen el Mackay.

Soportando el viento helado iniciamos el descenso, primero hasta la cadena y más tarde hasta la base de la ruta., dando por terminada una impecable jornada de tipo escuela, que resulto del todo provechosa. Gracias por la confianza.

lunes, 4 de enero de 2010

Actualidad: Intruso en un paraíso de rockeros

La escalada en roca es un medio en el cual mi experiencia es minima (por no decir nula), consecuencia básicamente de unas dolencias en los dedos de mis pies y por la poca roca disponible en lugares cercanos a Temuco. Sin embargo, acá en Coyhaique la situación es distinta, sectores con potencial hay muchos y bastante cercanos, uno de ellos, Muralla China.


Si el clima lo permite es posible ir hasta la muralla en cualquier momento. Son un par de kilómetros en vehiculo y una breve caminata de 20 o 30 minutos hasta la base de la enorme mole de piedra caliza que sirve como parque de entretenciones a los insipientes escaladores de la zona.


Es un sector de escala deportiva con varias rutas equipadas, existiendo líneas que van desde el grado 10 al 12, las que constituyen un excelente desafío que se extiende por más de 25 metros en algunos casos, ofreciendo verticalidad y adrenalina para los amantes de la danza vertical.



Rutas escuela definitivamente en la muralla no existen, situación que genero el escenario mas apropiado para mi “penosa performance”, sin embargo, y pese a mi indigna incursión, poder disfrutar de este lugar es increíble. Amigos intelectuales, conversación elevada y reflexiones de primer nivel al más puro estilo patagon, ¿que más se puede pedir?