viernes, 29 de julio de 2022

Diciembre 2021 - Julio 2022: En la variedad esta el gusto...

¡Hay que desempolvar este blog señores! Pido disculpas desde lo más profundo de mi corazón. No daré excusas, ya que estas agravan la falta. Solo me remitiré a contarles un poco de lo que ha pasado en estos últimos ¡8 meses!, haciendo una breve síntesis de lo que fue el periodo rockero de verano, los trekking de otoño y, desde luego, el maravilloso juego del hielo que llegó con el apogeo invernal.

Durante el verano mucha deportiva y nada de cerros, lo que no quiere decir que este mal. El último pegue a la sur del Castillo exprimió mi ansiedad y mis ganas de manera importante, por lo que me dedique al pololeo con la roca, esa que quita y da tanto a la vez. Los “spots” fueron los clásicos: Coronavirus, Maitenal, Villa Jara, Bajo Hondo, Chabela y Mackay. También me di el lujo de conocer dos sectores de la región de Los Lagos, estos fueron Correntoso y Petrohué. Ambos me dejaron buenas sensaciones. 

Respecto a proyectos de escalada deportiva, solo hubo uno al cual le dedique un par buenos pegues en el sector de Bajo Hondo, cercano Villa Ortega. Se trató de “La Cenicienta”, un 5.11b de 32 mts. que me regaló el vuelo más largo de mi vida (cerca de 8 metros) y una bella cadena que sonó luego de un buen par de intentos en varias jornadas. Feliz, feliz, feliz...con eso me di por pagado esta temporada.  

“El verano acabó, y el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno” (al mejor estilo de Sabina), lo que no quiere decir que no se haya hecho nada. Aproveche la estación de las hojas y los colores cálidos para subir algunos cerros: El Divisadero (1.400mts.), Cinchao (1.350mts.) y Cordillerano (1.750mts.), los dos últimos en solitario, disfrutando de esos días radiantes y fríos, con las primeras nevadas amenazando con traer un invierno “a la antigua”.

Hasta que finalmente llegó. El invierno arribo con furia, harto frío y bastante nieve por todos lados. Había llegado el momento de ir por el vital elemento que estaba ahí, esperando por lo mejor y lo peor de nosotros, su majestad el hielo. A fines de junio se concreto la primera salida que tubo como destino la clásica “Bájense de ahí”, un WI2 perfecto para desempolvar los crampones, tornillos y piolets. Aquel día la temperatura se mantuvo entre los -10 y -12 grados, congelando hasta nuestros pensamientos.  

La intensidad invernal nos tenia preparada otra sorpresa. La cascada “Entre Amigos” (ubicada al lado de la ruta camino al portezuelo Ibáñez), se congelaba de manera seria por 2da vez en 10 años, oportunidad que hemos aprovechado para visitarla en un buen par de ocasiones, usufructuando de su increíble acceso, extensión, calidad y grosor, que nos ha permitido emplazar tornillos de hasta 20 cm. con comodidad. Un WI3 ¡Lindo, lindo, lindo!

Por ahora, la actividad hielera continúa, pero hay que reconocer que estamos muy atentos a las condiciones del clima y la montaña, para poner en marcha algunos de los proyectos alpinos pendientes. Si dios quiere, pronto llegará esa ventana energética que estamos esperando. Asimismo, quiero aprovechar este espacio para contarles que en abril llegó a este mundo mi hijo, Franco León, un bicho exquisito – hoy con 4 meses – que, si bien es demandante como todo bebé, representa un gran incentivo para cumplir mis sueños, que quién sabe el día de mañana, también puedan ser los de él.