En la región existen innumerables
sistemas montañosos que durante el verano no llaman mucho la atención. Cotas
que promedian los 1.600 metros y se encuentran tapizadas de bosques y
pedregales poco atractivos. Esta situación dista mucho de la realidad invernal,
cuando las montañas se visten de blanco para hablarnos de nieve y hielo, de exploración
y aventura absoluta en el patio de la casa.
Apoyado como tantas veces por
Google Earth, partimos rumbo a una desconocida montaña que se levanta en el
margen noreste del lago Las Torres, a escasas 2 horas de Coyhaique. En el
lugar un evidente arroyo convertido en un cause semi-congelado nos condujo
hasta una serie de intimidantes canalones de nieve y hielo que se forman a
partir de los 1.000 mts. El paisaje comenzaba a hacer de las suyas.
Junto a mi cordada – el “loco
Harry” - nos equipamos e iniciamos nuestro tránsito a través de un amplio canalón
que en ½ hora nos obligó a decidir entre 2 alternativas, fuimos por el canalón de
la derecha. Este último era bastante más
angosto y poco a poco comenzaba a ganar pendiente hasta que nos encontramos con
el primer resalte en hielo de la ruta. Escalamos desencordados los primeros 30
mts. de la vía.
Asegurados, la escalada continuo
por un angosto canalón de hielo y nieve donde las estacas ofrecían la mejor protección,
lamentablemente solo llevábamos 2, por lo que el avance fue lento aplicando la técnica de
micro-largos para superar la pendiente que alcanzaba los 70° en algunos
tramos. Mucho frío y trozos de hielo cayendo por todas partes condimentaban la escena.
El crux de la ruta llego en un
resalte de hielo podrido (3 mts.) de unos 75°, donde una caída acabaría con el
asegurador y el resto del abismo con nuestras vidas. Aborde este tramo inquieto
pero decidido, coloque un “tornillo sicológico” y escale con el fervor
religioso de un talibán hasta que cedió la pendiente y mejoró el terreno. Rápidamente
puse una estaca y aseguré a mi compañero quien continuó con la escalada.
Si bien habíamos iniciado la
actividad a las 09:45 am., los más de 1.100 mts. ascendidos nos habían consumido
gran parte del día, al punto de que cuando dejamos las dificultades atrás ya
eran las 17:15 pm., lo que no nos dejaba margen de luz para ir por la cumbre distante
a solo 140 mts. de desnivel (estábamos a
1.460 mts.). Satisfechos por la tarea realizada y pensando en tener un descenso no tan penoso, comenzamos los rapeles.
En total hicimos 4 rapales de 30
mts. c/u (faltaron las cuerdas dobles), utilizando 2 stoppers y las 2 estacas
que ahora descansan en paz. Alcanzamos la seguridad del jeep destrozados cerca
de las 11:45 pm. luego de intensas 14 horas de actividad non-stop. Atrás quedaba
una hermosa jornada de montaña, una cumbre virgen y una nueva vía aun sin bautizar. ¡Gracias
Patagonia!
1 comentario:
Bravo !!!!
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