El verano del año 2015 le di un
pegue a la cara sur del C° Castillo en compañía de mi amigo Guido Paredes. Lo
avanzado de la estación no nos favoreció en absoluto, por lo que nuestro
intento terminó en lo alto de la característica pala diagonal que cruza la
montaña Lee aquí ese relato. De ahí en adelante nunca más volví a insistir en ella, priorizando
otros proyectos. Sin embargo, lo único que tenía claro, es que no la había olvidado.
Esta temporada, las condiciones
reportadas por nuestro amigo Felipe Maturana y otras cordadas que habían escalado
por esta vertiente, nos comenzaron a llenar de entusiasmo e ilusión. Fue así como
comenzamos a preparar el asalto junto a Albano y Germán, dos jóvenes amigos y
cordadas con las cuales venia de hacer un par de cosas. El objetivo sería
escalar la cara sur del Cerro Castillo por la vía conocida como “Variante
Americana”, (dibujada en la imagen).
Analizando nuestras posibilidades
decidimos que el estilo seria non-stop, iniciando la marcha a eso de las 22.00
hrs. Motivados, organizamos el equipo, la comida y nos fuimos para arriba. Entre
bromas, silencios y concentración nos comenzamos a acercar a nuestro objetivo en
una noche fresca, sin viento y tapizada de estrellas. En 3 horas estábamos en
lo alto de la laguna, y luego de 3 horas más, accedíamos al pie de la vía.
No fue tan simple superar las
grietas que custodian la cara sur. Superamos algunos puentes de nieve, varios
metros en freesolo y, por fin, nos montamos en la pala de la cara sur.
Escalamos varios metros desencordados, hasta que instalamos la primera reunión
de la mañana a solicitud mía, ya que venia bastante agotado y somnoliento. El
avance, para ser una cordada de tres, no era tan lento, pero la luz del día rápidamente
nos iba pillando.
En total escalamos 7 largos de
cuerda sobre una expuesta pendiente de entre 50° y 60° grados, hasta detenernos
en la base de la “Variante Americana”. Aquí, la ruta continuaba ganando altura
sobre un bello y estrecho canalón tapizado de hielo. Los tornillos comenzaron a
girar y nosotros a hacer nuestro trabajo, el cual además de escalar, consistía
en evitar los peñascos de roca y hielo que caían desde lo alto.
Las horas comenzaron a pasar muy rápido
y los largos eran mas cortos de lo esperado, tanto por la fisonomía de la vía
como por lo restringido de tornillos, ya que contábamos solo con 8. Estábamos en
esa dinámica cuando un gran bloque de hielo golpeó la cabeza de Germán, dejándolo
semiconsciente por un par de segundos. Esta situación, desde luego, nos alarmó y
supuso la necesidad de salir de ahí lo más rápido posible.
El tramo superior de la vía, si
bien ofrecía un alto grado de compromiso y verticalidad, estaba envuelta en un
panorama sobrecogedor, un escenario de rebosante belleza y hostilidad en su máxima
expresión. A esas alturas escalábamos a la sombra, disfrutando de un festín de
hielo azulado que era constantemente arañado por nuestras herramientas. Había miedo
y felicidad, concentración y euforia.
Albano escaló el largo que nos saco del canalón y nos dejó al otro lado de la fina arista donde se juntan las vías Japonesa y Hauf. Nos reunimos en una precaria reunión montada sobre roca para acometer los últimos 80 metros hasta el collao. Inicié esa escalada con una travesía hacia la derecha para conectar con una línea de hielo que me permitió proteger y ascender directo, hasta que decidí montar una reunión despejando el hielo que se escondía bajo 20 cms. de nieve cartón.
Los últimos 40 metros hasta el
collao los lideró Albano. Una zona alta, fría y anhelada donde finalmente nos
pudimos reunir los tres y respirar tranquilos. Eran las 17.30 cuando alcanzamos
este lugar que empalma con la ruta normal Relato ruta normal. La discusión sobre ir a la cumbre no
nos tomo mucho tiempo, todos estábamos cansados y era muy tarde. Habíamos completado
la vía y eso era suficiente para llenar nuestros corazones.
Cerca de 5 horas nos demandaría el descenso hasta el camino, completando 25 horas de actividad non-stop. Una jornada tan extenuante como satisfactoria y llena de camaradería. ¡Gracias Castillo! “Nuestra vida es así: llena de alegría, llena de tristeza, llena de añoranza, llena de éxitos y de amargas decepciones. Está tan llena de felicidad y de sufrimiento al mismo tiempo que a veces lo que sencillamente ocurre es que hay demasiado de todo. Es entonces cuando envejecemos”.
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