Luego de un otoño algo flojo en el que solo destacaban algunas caminatas y un ascenso al cerro El Fraile (1.500mts.), cercano a Coyhaique, por fin se presentaba ante mis ojos uno de mis escenarios preferidos, montana, nieve y hielo, la combinación perfecta. Basto tan solo un día para alivianar la angustia en algunas de las rutas que ofrece el portezuelo Ibáñez.
Cuerda, crampones y piolets en mano, junto a dos amigos nos dirigimos
hasta este familiar sector para probar suerte en “Bajense de ahí” (100m/65°max.),
una entretenida ruta, relativamente sencilla pero de mucho ambiente, ideal para
iniciar una reconquista con el preciado y frío elemento, el hielo.
Muy animados fuimos por el segundo largo que también me toco liderar. En
la salida me esperaba una pendiente de 65° sobre un hielo muy cómodo que
disfrute a concho mientras iba ganando metros poco a poco, hasta alcanzar el
final de la ruta donde arme la reunión para asegurar a mis compañeros. A esas
alturas ya comenzábamos a pensar en galletitas y chocolate caliente.
La siguiente tarea consistía en probar suerte en “La Cortina ”, un cascadon de
25 mts. (al ojo un WI3+) a la que accedimos desde arriba haciendo un rapel. Una
vez en su base aprovechamos de hidratarnos y comer algo antes de escalarla en
la modalidad de “top ice”. A diferencia de otra oportunidad en que la visite, ahora
se encontraba muy cristalina y hermosa, pero ofreciendo una escalada muy
delicada.
En vista de que la hora nos pillaba y uno de mis compañeros se
encontraba algo agotado, fui el único afortunado en escalarla, ejercicio que me
demando un gran esfuerzo y mucho corazón. La falta de regularidad y práctica había
quedado de manifiesto, sin embargo, yo estaba feliz en lo más alto de “La Cortina ”.
Con los últimos rayos de luz alcanzamos el vehiculo. Atrás quedaba un excelente
día de montaña y escalada, disfrutando de un paisaje maravilloso y buena camaradería,
la actividad perfecta para comenzar a aventurar los planes que deparara este
invierno.
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