Es el 12 de enero de 2007, pleno invierno en la cordillera de Karakoram en Pakistán. Darek Zaluski y Jacek Jawien se acurrucan dentro de su tienda a 6 750 metros en la cuesta suroeste de Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo. Todo está totalmente congelado –botas, calcetines, protector solar, botellas de agua–, como si fueran los restos de una espantosa era glacial. Sacan unas baterías de su ropa interior, se las ponen a tientas al radio y llaman al Campamento Base. El viento ruge, la nieve azota su tienda de nailon. Sólo pueden entenderse unas cuantas palabras desesperadas”.
jueves, 30 de abril de 2009
Literatura bajo cero: Esperando el Invierno
sábado, 18 de abril de 2009
Literatura: ¡Manual para subir montañas!

Sabe como llegar frente a ella: muchas veces vemos la montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos. Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que esta rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se interponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es difícil en la vida real. Por ello, intenta todos los caminos, todas las sendas, hasta que por fin un día te encuentres frente a la cima que pretendes alcanzar.
Aprende de quien ya caminó por allí: por más que te consideres único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo sueño antes que tú, y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; lugares donde colocar la cuerda, picadas, ramas quebradas para facilitar la marcha. La caminata es tuya, la responsabilidad también, perno olvides que la experiencia ajena ayuda mucho.
Los peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuando empieces a subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te rodea. Hay despeñaderos, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos.
El paisaje cambia, así que aprovéchalo: claro que hay que tener un objetivo en mente: llegar a lo alto. Pero a medida que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del panorama de alrededor. A cada metro conquistado, puedes ver un poco más lejos; aprovecha eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta.
Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña aquél que presta a su cuerpo la atención que merece. Tú tienes todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado deprisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido. Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca de los manantiales y de los frutos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue caminando.
Respeta tu alma: no te repitas todo el rato "voy a conseguirlo". Tu alma ya lo sabe. Lo que ella necesita es usar la larga caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el cielo. De nada sirve una obsesión para la búsqueda de un objetivo, y además termina por echar a perder la escalada. Pero atención, tampoco te repitas "es más difícil de lo que pensaba", pues eso te hará perder la fuerza interior.
Prepárate para caminar un kilómetro más: el recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas. No te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano está aún muy lejos. Pero como estás dispuesto a llegar hasta allí, eso no ha de ser un problema.
Alégrate cuando llegues a la cumbre: llora, bate palmas, grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que el viento allá en lo alto (porque allá en la cima siempre hace viento) purifique tu mente, refresca tus pies sudados y cansados, abre los ojos, limpia el polvo de tu corazón. Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una visión lejana, es ahora parte de tu vida. Lo conseguiste.
Haz una promesa: aprovechas que has descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo que a partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas utilizar. Y, si es posible, promete también descubrir otra montaña, y parte en una nueva aventura.
Cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia. Ofrece tu ejemplo. Di a todos que es posible, y así otras personas sentirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas.
lunes, 13 de abril de 2009
Actualidad: Curso de Escalada en Hielo I
El feriado de Semana Santa realizamos la primera parte de este curso que consta de 5 días distribuidos en dos fines de semana. Con tres días disponibles partimos a lo que seria nuestra sala de clases, el glaciar sur de nuestro conocido volcán Villarrica, lugar donde dirigimos nuestros pasos 14 personas, compuestas por el instructor, 12 alumnos y un encargado de registro (“acompañante”).

Luego de una marcha que se prolongo de manera exagerada producto del no despreciable peso de las mochilas, sumado a la falta de “training” de algunos de los asistentes, levantamos nuestro campamento a unos 40 minutos del glaciar, aprovechando lo que quedaba de la tarde para ver algunas de las características del equipamiento utilizado para la escalada en hielo.

El segundo día accedimos muy temprano al hielo con la intención de recuperar el tiempo perdido y ver los temas que indicaba la pauta. La práctica se inicio revisando el uso de crampones y sus puntas frontales, seguido de la misma operación para el uso del piolet, pegada y extracción, detalles técnicos y correcciones.

Más tarde nos trasladamos a una pared de unos 10 metros de altura donde comenzamos la escalada mediante el sistema de top-rope. Se instalaron 4 líneas que nos permitieron practicar durante toda la tarde las diversas modalidades de escalda en hielo, uso de técnicas, ahorro de energía, control, etc.

La presencia de una sección extraplomada en la parte final e incluso un pequeño techo en una de las rutas, nos mantuvieron entretenidos y bien ocupados durante la jornada que concluimos poco antes del atardecer, para regresar al campamento con los últimos rayos del sol, agotados.
La levantada del tercer día fue más madrugadora que la del día anterior, todo para aprovechar a concho las horas de nuestra ultima jornada en la montaña. Nos dirigimos al mismo lugar del glaciar donde ya veníamos trabajando e iniciamos la práctica. Vimos principalmente el uso de tornillos, la variedad que ofrece el mercado, su colocación, resistencia, y al mismo tiempo continuamos escalando.


Finalmente revisamos algunas técnicas de rapel, tales como la construcción de "avalakovs" y el uso del backup, repitiendo las maniobras de manera reiterada bajo la atenta supervisión de nuestro instructor, en medio de un paraje tan hostil como hermoso.

Más tarde llego la retirada y con ello el largo camino hasta los vehículos, cerrando así el primer capitulo de un curso que por ahora espera su segunda etapa y final.