sábado, 16 de enero de 2010

Actualidad: "La práctica hace al aprendiz"

Tregua pasajera sobre este paraje memorable. Estacionamos el “bólido” de Armando cerca del vertedero municipal y comenzamos con el acercamiento rumbo a nuestro conocido Mackay. Durante una hora despedimos los brebajes que han animado gran parte de este verano hasta alcanzar la base de la pared.

Con el equipo listo y dispuesto Franco inició la escalada punteando el 1er largo que resulto tener pasos algo mas difíciles que los que ofrecen en promedio estas rutas deportivas. Entre tiras y encojes alcanzó la seguridad de la cadena.

Utilizando cuerdas dobles subimos de forma simultánea con Armando, distanciados solo por un par de metros. En poco tiempo estuvimos los tres “prendidos” de la reunión, disfrutando del curioso placer que emana de la verticalidad.

El siguiente largo no se intuía complejo, las chapas algo distanciadas pero nada del otro mundo, me tiré de primero. Buenos agarres me permitieron progresar rápido y en un par de minutos estuve en la segunda reunión. Asegure a mis compañeros y sin inconvenientes nos volvimos a encontrar.

Fue el turno de Armando. Inicio la escalada del 3er largo y sin problemas instaló la tercera reunión. El ambiente - como siempre - ofreciendo un panorama exclusivo y alentador. Enormes columnas de roca vigilaban nuestros pasos alimentados por la obstinación.

Franco fué por el 4to y último largo de la ruta. Lo aseguré sin inconvenientes, atento a su progreso sobre la roca. A mis espaldas se dejaba ver la inmensidad de estos adictivos territorios patagonicos siempre verdes, un lujo para las almas de estos inquietos peregrinos.

Pulgar al cielo y todo estaba listo para nuestro turno. Escalamos de 2do y accedimos a la pequeña repisa que terminaba con nuestros sueños de altura. Allá estábamos, como lapas adheridas a la pared, deleitándonos con la inmensidad del paisaje y el abismo embriagador.

Como siempre “salve” con el turrón y los chocolates. Algo de energía para comenzar el descenso, preparar las cuerdas, un par de reflexiones “jugosas” y depositamos nuestras humanidades al vacío, esperando llegar sin novedad al reino de los “profanos”.



Confieso que en momentos he amado la vida, admito que no le temo a la muerte, solo se que escribiré hasta el final del tiempo, mi tiempo. Juventud, voces de la represión, pupilas envestidas, habiten las alcobas lujuriosas del mundo y su encanto…Alturasur

1 comentario:

jorge carrillo manosalva dijo...

Hola camarada, primero que nada felicidades por el blog, segundo hace mucho que queria saludarte, y tercero te confieso que me emociona ver las fotos y recordar esa experiencia, pero especialmente que fue el dia de mi cumpleaños, que no olvidarè jamàs.
Jorge Carrillo
jcarrillopucon@hotmail.com