domingo, 14 de octubre de 2007

Vigía del Reloncaví: Volcán Yate

Enero del 2007. Como club pensamos en alguna actividad para finalizar la temporada 2006, o más bien para comenzar la del 2007. Por ahí se escucho la idea del volcán Yate. Un coloso sureño al sur de Puerto Montt. Se trataba de una idea atractiva, un destino poco común y de singular belleza.

Finalmente partimos solo 3 montañistas. Vía terrestre viajamos hasta Llaquepe en la ribera sur del estuario del Reloncaví, hasta que lo divisamos. Ahí estaba, el volcán de 2.187 metros, hermoso y desconocido.


La marcha se inicio casi desde el nivel del mar, superando un espeso bosque y luchando con los tábanos que nos dieron con todo. La huella era poco clara pero pudimos leerla, avanzaba en medio del tupido bosque que nos mostraba todas sus caras. Finalmente accedimos a un claro donde levantamos el campamento.



Fueron casi 6 horas de dura marcha pero habíamos cumplido la primera etapa. Comimos, nos hidratamos y planificamos el día siguiente. Desde el campamento el objetivo no estaba a la vista y afectaba el ánimo, pero supimos guardar la calma.

Iniciamos el ataque a las 06:00. Continuamos pasando por tramos de bosque y algunos claros, hasta salir al acarreo. Remontamos una ladera bien pronunciada y larga, hasta acceder a la parte alta donde comenzaba la nieve, la cara sur estaba frente a nuestros ojos. Admiramos el paisaje y continuamos, ahora sobre nieve.



Luego de 1 hora nos internamos en el glaciar, donde nos encordamos, traveseando la ladera sur. Cruzamos una enorme grieta y accedimos a una pendiente que nos dejo en el portezuelo que separa las cumbres norte y sur. Desde aquí remontamos una empinada y expuesta rampla que nos condujo a la arista cimera.



Expuesta y ventosa, aseguramos la arista con una cuerda fija y nos abalanzamos sobre la soñada cumbre, ahí estábamos, en lo mas alto del volcán Yate!! La vista soberbia, montañas, mar, glaciares, aire puro, buenos amigos, felicidad total.


En total 7 horas a cumbre, un duro ascenso que valió el esfuerzo. Descendimos con cuidado y regresamos al campamento muy cansados, ahí nos dimos otra noche de descanso y bajamos el tercer día, con el recuerdo fresco de unos excelentes días de montaña en la décima region.

1 comentario:

Héctor Millar. dijo...

weeeeeeeena !

sorprenden tus fotos.
más tus letras

saludos Marco !