viernes, 10 de junio de 2011

Parte I: De Patagonia a los Andes Peruanos

No es mentira, Cordillera Blanca es tal y como me lo habían contado, enorme, bella, de forma y tamaño descomunal, un paraíso de altares blancos y afilados. Pero eso no es todo, se emplaza en un país muy particular. Perú nos ha dado una linda bienvenida, gente agradable, buenos precios, exquisita gastronomía y una cultura muy autèntica y genuina. Pero ojo, ¡siempre hay que negociar!

Luego de pasar por Lima nos trasladamos a Huaraz, un bello centro urbano lleno de vida y encantos, y claro, de comida también. Entre pachamanca, cuy, arroz chifa, chicharrones y vitamínicos fuimos pasando los primeros días que trascurrieron a 3100 mts, la altura de este mítico poblado. Cervezas artesanales locales y algún sour de coca ayudaron a la hidratación.


Nuestra primera actividad de aclimatación consistió en visitar la laguna Churup (4.450 mts.) Con una tonalidad muy particular, Churup es custodiada por el nevado del mismo nombre, creando un escenario armonioso y “elegante”. Fueron 3 horas de trekking hasta el lugar, serpenteando por un sendero que gana altura paulatinamente a través de un encajonado valle. Anduvimos bien.

Entre actividades “citadinas” y trekking de altura, había llegado la hora de partir a la montaña, y el Nevado Vallunaraju era el objetivo. Con sus 5.686 mts. esta bella mole seria perfecta para probar la altura en serio, por lo que mas temprano que tarde levantamos nuestro campamento en lo que denominamos el base, a 4.300 mts. lugar con una vista soberbia a los descomunales Oschapalca y Ranrapalca.


El día siguiente alcanzamos el campamento morrena en 3 horas. Con una altura cercana a los 4.900 mts, el cuerpo y la cabeza comenzaron a mafiestarse, el "soroche" como le llaman al mal de altura en estas latitudes entraba en escena. Hidratamos, comimos y descansamos, esperando lo que seria nuestro primer ataque de cumbre. Al finalizar la tarde la cordada estuvo bastante repuesta de la puna.

Iniciamos la marcha a las 03 am. Superamos unas bandas de roca y nos equipamos previo a entrar al glaciar. La nieve estaba en muy buenas condiciones y la ruta muy obvia gracias a huellas anteriores. Con frìo aceptable y prácticamente nada de viento fuimos ganando altura hasta alcanzar la base de las pirámides cumbreras. A esa hora yo era el mas afectado por el mal de altura (para variar), pero en mi foro interno sabia que seria capàz de lograrlo.


Nos cruzamos con algunos turistas y sus guías, con quienes mantuvimos un dialogo cordial. Ya cerca de las 08 am. alcanzamos el collado que separa las cumbres norte y sur, acá recibimos las caricias del sol por primera vez, y pudimos visualizar el último tramo hacia la cumbre. Una bella arista de pendiente moderada y algo aérea custodiaba lo más alto de nuestro primer objetivo.


Luego de 6 horas de arduo esfuerzo lo habìamos logrado, la cordada conformada por Cesar Ibáñez, Camilo Hornahuer y Alturasur disfrutaban de su primer abrazo cumbrero en los andes peruanos, una experiencia intensa y emotiva donde la relación hombre y montaña alcanza su máxima expresión. Continuarà…


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