domingo, 2 de agosto de 2009

Actualidad: Con ganas de "Piuquencillar"

El sector de Lagunillas - específicamente el cerro Piuquencillo (4.047 mts.) - era un perfecto desconocido para mí, sin embargo, hace tiempo ya venia con la idea de poder visitarlo e intentar su cumbre por la canaleta central.

Luego de coordinarme con un amigo santiaguino me traslade a la cordillera central. Arribamos al centro de ski y luego de preparar las cosas nos dirigimos el primer objetivo de la ruta: Punta Sattler.

Marchando sobre raquetas accedimos a la cima de este mirador que nos dio una primera perspectiva de la ruta a seguir. Nos servimos la primera barrita del día y continuamos la marcha junto al eterno cerco de alambres que serpentea hasta la misma base del atractivo Piuquencillo.

El día no prometía mucho, cielos cubiertos, frío y viento acompañaban nuestro caminar sobre terreno irregular. Subidas y bajadas prolongadas animaban la tarde que transcurría muy rápido en el invierno de los andes centrales, que como siempre, ofrecía para mi un paisaje distinto y bello.

Llevábamos 5 horas de una pausada marcha y el mal tiempo amenazaba con aguar nuestro caminar, el viento se intensificaba y mi compañero evidenciaba síntomas de agotamiento, por lo que decidimos montar nuestro campamento a los pies del morro Tórtolas, al abrigo de un improvisado muro de nieve. Ya muy entrada la noche la montaña cambio de color.

El amanecer estuvo de lujo, frío y sin viento, ideal para disfrutar de un rico desayuno al abrigo de algo caliente y planificar el resto del día. La intención seria llegar al campamento base, comer, hidratarse y atacar la cumbre muy temprano durante la madrugada del día siguiente y bajar hasta Santiago, pero..Sorpresa!! el encargado de la bencina hizo un mal calculo y nos estábamos quedando cortos.

Pese al mal pronóstico reiniciamos la marcha con la intención de destinar la bencina solo para hacer agua. Al cabo de unas 2 horas estábamos en lo más alto del morro Tórtolas, que con poco mas de 3 mil metros se convierte en un esplendido mirador de la embrujante codillera.

A pesar de estar con el objetivo al frente y muy cercanos al campamento base tuvimos que tomar una decisión. La falta de entrenamiento y la poca regularidad de salidas que traía mi compañero le estaban pasando la cuenta y su ritmo era muy lento, esto sumado al déficit de bencina nos hicieron optar por darnos la vuelta apelando a la prudencia.

Luego de contemplar el maravilloso paisaje que hasta ese momento había sido desconocido para mí comenzamos el retorno. Una larga y tranquila caminata envuelta en la brisa y los paisajes cordilleranos nos iban regresando poco a poco a la urbanidad del mundo, como siempre con las pilas recargadas al máximo.

Le doy las gracias por esta salida a Claudio Bravo por su gran disposición, camaradería y sentido de amistad, sin lugar a dudas un gran montañero y excelente persona. Piuquencillo…volveremos!!

1 comentario:

RocPau dijo...

Cuando vuelvas a intentarlo avisa, a ver si nos sumamos con Feli.
Salu2.