sábado, 20 de octubre de 2007

Nevados de Sollipulli: Cumbre y Travesía

“El complejo montañoso – volcánico, Nevados de Sollipulli, se encuentra asentado entre las comunas de Melipeuco y Curarrehue, en la región de la Araucanía, una de las zonas volcánicas más activas del planeta.

El Volcán Sollipulli, que alcanza los 2.282 metros sobre el nivel del mar, se caracteriza por el enorme glaciar que cubre su cráter cuya superficie promedia los 15 km2. El espesor promedio del hielo que habita su caldera es de 200 mts., alcanzando en su centro 650 mts. de hielo milenario”.

Con esa descripción era imposible no inventar un viaje a este lugar. La idea era alcanzar el borde del cráter y completar una travesía al interior del mismo, y así lo hicimos.


Desde el Eco-camp (complejo turístico) iniciamos la marcha a través de un bello y colorido bosque otoñal en abril de este año. Superada la vegetación remontamos un gran escorial, siempre subiendo, en dirección al borde del cráter. Al cabo de unas horas alcanzamos la parte más alta, pero todavía quedaba descender un último tramo para luego volver a subir y alcanzar el ansiado borde.


El panorama siempre es atractivo, y se inmortaliza con la primera vista al enorme casquete de hielo que cubre el cráter. Habíamos alcanzado el borde y la vista era soberbia, ahora, había que meterse al hielo…



Descendimos sobre el cráter, nos encordamos por precaución y comenzamos la travesía. Nuestra dirección fue siempre en sentido nor-este / sur-oste. El avance fue muy atractivo y rápido, mientras nos adentrábamos en el cráter. Cuando ya casi completábamos las 7 horas desde nuestra partida en el Eco-camp, decidimos levantar nuestro campamento.



El atardecer estuvo de película, parecía otro mundo. Un glaciar perfecto que bautizé como “el campo de hielo de los pobres”. Ahí estábamos, mientras los colores de la tarde caían sobre nuestros hombros. La noche estubo clara, iluminada, increíble.



Decidimos iniciar la travesía de madrugada aprovechando la luz de luna. Nos abalanzamos sobre la noche y continuamos camino hasta el otro extremo, el cual solo pudimos ver poco antes de alcanzarlo, producto de que se encuentra algo mas bajo que la media del cráter. Al fin, remontamos una pendiente y pisamos tierra, eran alrededor de las 4.00 a.m., habíamos conseguido el objetivo!!

Levantamos un pequeño monolito en el extremo y sur-oeste, y comenzamos el retorno, siempre bajo la luz de la luna. Llegamos a la carpa pasadas las 6 a.m., por lo cual decidimos dormir un par de horas.

La mañana estubo también de lujo. Abandonamos el cráter saliendo por una ruta de interesante pendiente sobre nieve y roca, hasta alcanzar nuevamente el borde mas concurrido del cráter (una suerte de cumbre).

Satisfechos, regresamos a casa pensando en la hermosa travesía que ofrece este lugar, y lo afortunados que habíamos sido de poder contar con las condiciones adecuadas para poder realizarla.

domingo, 14 de octubre de 2007

Vigía del Reloncaví: Volcán Yate

Enero del 2007. Como club pensamos en alguna actividad para finalizar la temporada 2006, o más bien para comenzar la del 2007. Por ahí se escucho la idea del volcán Yate. Un coloso sureño al sur de Puerto Montt. Se trataba de una idea atractiva, un destino poco común y de singular belleza.

Finalmente partimos solo 3 montañistas. Vía terrestre viajamos hasta Llaquepe en la ribera sur del estuario del Reloncaví, hasta que lo divisamos. Ahí estaba, el volcán de 2.187 metros, hermoso y desconocido.


La marcha se inicio casi desde el nivel del mar, superando un espeso bosque y luchando con los tábanos que nos dieron con todo. La huella era poco clara pero pudimos leerla, avanzaba en medio del tupido bosque que nos mostraba todas sus caras. Finalmente accedimos a un claro donde levantamos el campamento.



Fueron casi 6 horas de dura marcha pero habíamos cumplido la primera etapa. Comimos, nos hidratamos y planificamos el día siguiente. Desde el campamento el objetivo no estaba a la vista y afectaba el ánimo, pero supimos guardar la calma.

Iniciamos el ataque a las 06:00. Continuamos pasando por tramos de bosque y algunos claros, hasta salir al acarreo. Remontamos una ladera bien pronunciada y larga, hasta acceder a la parte alta donde comenzaba la nieve, la cara sur estaba frente a nuestros ojos. Admiramos el paisaje y continuamos, ahora sobre nieve.



Luego de 1 hora nos internamos en el glaciar, donde nos encordamos, traveseando la ladera sur. Cruzamos una enorme grieta y accedimos a una pendiente que nos dejo en el portezuelo que separa las cumbres norte y sur. Desde aquí remontamos una empinada y expuesta rampla que nos condujo a la arista cimera.



Expuesta y ventosa, aseguramos la arista con una cuerda fija y nos abalanzamos sobre la soñada cumbre, ahí estábamos, en lo mas alto del volcán Yate!! La vista soberbia, montañas, mar, glaciares, aire puro, buenos amigos, felicidad total.


En total 7 horas a cumbre, un duro ascenso que valió el esfuerzo. Descendimos con cuidado y regresamos al campamento muy cansados, ahí nos dimos otra noche de descanso y bajamos el tercer día, con el recuerdo fresco de unos excelentes días de montaña en la décima region.

sábado, 6 de octubre de 2007

Actualidad: Licancabur, señor del desierto!

Fines de Septiembre de 2007. Sin ser el plato preferido de la casa, los cerros de altura no dejan de ser atractivos, más aun si están ubicados en el corazón del desierto. Partimos rumbo al volcán Licancabur, un cono perfecto que con casi 6 mil metros de altura, se yergue imponente en la frontera chileno-boliviana.


El ascenso lo realizaríamos vía Bolivia. Arribamos a san Pedro de Atacama y mas tarde viajamos hasta laguna blanca en el lado boliviano. Ubicada a 4.300 mts., laguna blanca posee unas antiguas instalaciones, que cuentan con un mínimo de comodidades.

Inicialmente dormimos en carpa, pero dados algunos problemas de gripe, mal de altura e insolación que presentamos algunos miembros del grupo, decidimos cuidarnos un poco mas, durmiendo en la seguridad de una pieza “minimalista”.


Fueron varios días de aclimatación en este lugar. Como buenos sureños la altura nos cuesta un poco más, pero para ello contábamos con un saco de paciencia y amor por el deporte de montaña. Recorrimos bien la zona, hicimos trekking hacia el sector del volcán Juriques, visitamos unas termas del sector y nos deleitamos paseando junto a la laguna blanca y verde, que ofrecen un espectáculo de altura sin igual.


El martes 2 de octubre partimos a la cumbre, nuestro guía (obligatorio) fue Macario, un hombre muy conocido y carismático, que posee más de 400 ascensos a la cumbre del volcán. Su humildad, sencillez y fortaleza lo hacen muy querido.

A las 3.30 am. iniciamos la marcha a 4.550 mts. internándonos en la noche helada. Fue una marcha lenta pero segura. Mientras ascendíamos las lagunas se observaban cada vez más pequeñas. Paradas para hidratar, fotografiar o morder hojas de coca eran la tónica, mientras seguíamos progresando sobre la abrupta ladera.


Sobre los 5.500 mts. el mal de altura es amo y señor, los pasos son algo mas torpes y los dolores de cabeza parte del menú, sin embargo, la cumbre estaba cada vez mas cerca.


Al fin el tramo final estaba a la vista, el punto más alto de este mágico volcán. Me abalancé sobre el, y a las 12.30 pise la cumbre, uno de los miradores mas asombrosos del desierto de Atacama, con 5.916 mts.!


Poco a poco fueron llegando mis compañeros, hasta que logramos estrechar nuestras manos todos juntos, en señal de misión cumplida. Había sido un lindo desafío con buenos y duros momentos, los que supimos como la mayoria de las veces, superar con paciencia y camaradería.